estoy sorprendida (gratamente :) con las temperaturas tibias de la ciudad en otoño. Imagínense que antes de mudarme para Buenos Aires, pasé varios meses en Canadá, disfrutando de mi familia allá. Llegué a Calgary a finales del verano y me quedé para el invierno, con temperaturas de -15ºc o menos. Esta es, para mí, una hermosa primavera que estoy disfrutando con mi sobrino en estos días.
Hoy quiero hablar del merecimiento y de qué pasa cuando hay una parte en nosotros que no se siente merecedora de lo bueno en la vida.
Cuando somos chiquitos, solemos sacar conclusiones sobre lo que sucede a nuestro alrededor, lo que dicen los adultos, lo que nos dicen a nosotros o cómo nos tratan. Por lo general, cuando nuestro padres o cuidadores nos piden que hagamos algo, que nos comamos la verdura, que hagamos la tarea antes de poder jugar etc... y nos miran con desaprobación o nos dicen que no está bien no hacer lo que dicen ellos, nuestra conclusión es que el amor es condicional, o sea que depende de como nos "portemos" y que no nos merecemos su amor.
A la larga, sentimos que no nos merecemos nuestro amor ni lo bueno de la vida.
Esto se puede manifestar de varias formas, podemos estar bloqueando el que entren esas cosas buenas a nuestra vida, no permitirnos que nos quieran, que nos ayuden o simplemente, no dejarnos disfrutar de lo bueno, o podemos sabotearnos. Detrás del sabotaje, suele estar la creencia de que no somos merecedores.
Trabajando nuestra autoestima, esta creencia va perdiendo fuerza y es posible cambiar esta idea errónea que tenemos.
Todos merecemos lo bueno de la vida. Merecemos hacer lo que nos gusta en la vida, merecemos amarnos y compartir este amor, merecemos que otros nos quieran, merecemos el apoyo de la vida, merecemos la abundancia en todos los terrenos, merecemos vivir cómodamente, merecemos vivir nuestros sueños.
Sólo por el hecho de estar vivos somos merecedores. NO necesitamos hacer nada por merecer, no hace falta que "trabajemos duro" para ser merecedores de abundancia, belleza, dinero, alegría, dinero o amor.
Venimos a este mundo convencidos de nuestro valor, podemos volver a conectar con esta sabiduría que teníamos de bebés hoy.
Para apoyarlos en esto, les dejo el
TRATAMIENTO DE MERECIMIENTO de Louise L Hay. Lo pueden leer por la mañana y por la noche, si se miran al espejo, aún mejor. ¡Qué lo disfruten!
¡Los quiero!
Claudia
Afirmación
AHORA SÉ QUE MEREZCO TODO LO BUENO DE LA VIDA Y ASÍ ES
TRATAMIENTO DE MERECIMIENTO
Soy digna y
merecedora de todo lo bueno. No sólo de algo, de un poquito, sino de todo lo
bueno. Ahora estoy superando todos los pensamientos negativos que me limitan.
Me libero de las limitaciones impuestas por mis padres. Los amo, y puedo ir más
allá de ellos. No respondo a sus opiniones negativas ni a sus creencias
restrictivas. No estoy atada por ninguno de los miedos ni de los prejuicios de
la sociedad en que vivo. Ya no me identifico con ningún tipo de limitación. En
mi mente gozo de una libertad total. Penetro ahora en un nuevo espacio de
conciencia, donde estoy dispuesta a verme a mí misma de una manera diferente.
Estoy dispuesta a crear ideas nuevas respecto de mí misma y de mí vida. Mi
nueva manera de pensar se expresa en experiencias nuevas. Ahora sé y afirmo que
soy una y la misma cosa con el Próspero Poder del Universo. Por eso, ahora
prospero de múltiples maneras. La totalidad de las posibilidades se abre ante
mí. Me merezco la vida, una vida buena. Me merezco el amor: abundancia de amor.
Me merezco tener buena salud. Me merezco vivir cómodamente y prosperar. Me
merezco la libertad de ser todo aquello que soy capaz de ser. Me merezco más
que eso: me merezco todo lo bueno. El Universo está más que dispuesto a
manifestar mis nuevas creencias, y yo acepto esta
abundancia de vida con júbilo, placer y gratitud. Porque me la merezco, la
acepto, y sé que es verdad.
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