SÉ QUE CADA DÍA ES VALIOSO Y
VIVO CON ALEGRÍA
Mis queridos,
hace dos semanas fui a ver a una persona que se encontraba en el hospital con un cáncer fulminante con el que llevaba años luchando. Una amiga mía me habló de ella y me pidió ir a verla, hablar con ella y ayudarla en lo que yo podía. Accedí sin dudarlo, sin siquiera pensar en lo que podría suponer para ella y menos para mí.
Ella estaba físicamente débil, no podía prácticamente moverse, su cuerpo alterado en sus formas. Sus emociones eran una montaña rusa. Pasaba de la rabia a la tristeza a la desesperación, por momentos quería morir, y cuando le pregunté si realmente lo deseaba así, me clavó aquellos enormes ojos que conservaba intactos, miró hasta el fondo de los míos con toda la fuerza de la cual aún era capaz y me dijo: "Yo quiero vivir. Quiero volver a brillar. Yo soy brillante." Su mirada parecía el único hilo de vida que le quedaba y con el que ella misma sabía aún podía aferrarse a la tierra. Me conmovió tremendamente constatar que tenía desesperación por vivir y que sentía que no sabía cómo conseguirlo. Perfectamente consciente de no poder prometerle nada, a sabiendas que no soy ninguna salvadora ni tengo mucha experiencia con la muerte, me sentí impotente, y por un segundo no sabía qué podía hacer por ella. La miré a los ojos también, la dejé entrar en los míos y le recordé que seguía siendo brillante, pasara lo que pasara en su vida y por su cuerpo. La escuché y la amé. Poco más podía hacer y me pareció lo más valioso para darle.
La guié a través de una meditación, le di Reiki y unas afirmaciones para apoyar su alma y nutrir su corazón. Me iba de viaje al día siguiente y quedamos en vernos a mi regreso. Mi llamada y mensaje quedaron sin respuesta, supongo porque los familiares estarían muy ocupados cuidando de sus necesidades.
No volví a verla. Acabo de enterarme que ella partió hace unas horas.
Yo no creo en la muerte, sin embargo, algo en mí está de duelo en este momento. Recuerdo esa mirada, tan desesperada por vivir, tan cansada de sufrir, con tantas preguntas sin respuestas y deseos aún sin expresar. Recuerdo esas ganas de seguir en esta vida y no puedo evitar desear haber podido concederle un poco más de vida, un tiempo más con un cuerpo sano para que pudiese expresar su corazón un rato más.
Deseo en lo más profundo de mí que ella supiese sin lugar a duda que había vivido con todo, apostando por sus sueños y siguiendo su corazón, tocando la vida de los demás, haciendo una diferencia. Tengo toda la intención de aprender, de crecer y de honrarla a ella siendo más fiel a mis propios sueños y anhelos. Desde ya. Aquel día, salí del sanatorio pensando en lo poco que valoramos nuestra salud cuando la tenemos y de lo poco libres que nos sentimos cuando realmente lo somos.
Desde acá le digo GRACIAS. Gracias por la oportunidad de amar, por su mirada que me llevo grabada en el alma, recordándome lo valioso que es vivir cada día. Gracias.
Hoy quiero honrarte, mi hermosa, ahora que tu alma partió para seguir su camino. Te lo deseo lleno de fabulosas aventuras, risas locas y latiendo con un corazón repleto de amor.
Claudia
coachclaudiaa@gmail.com
Coaching de Vida /Cursos Louise Hay/ Reiki
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